Un niño en un cochecito con un smartphone o una tableta en la mano es una imagen cada vez más común y aceptada en estos días. Niños de 8-9 años, en mesas de restaurantes o en casa con sus familias, que no apartan la vista de la pantalla. Adolescentes de 12-13 años que se acuestan con el teléfono junto a ellos, siendo lo primero y lo último que hacen cada día revisar su cuenta de Instagram o TikTok. Padres desesperados que no saben cómo remediar la situación. ¿Te suena familiar?

 

El ejemplo de los líderes tecnológicos

En la era digital, las pantallas están en todas partes. Desde teléfonos inteligentes hasta tabletas y televisores, parecen indispensables. Sin embargo, sabemos desde hace ya mucho tiempo que líderes tecnológicos como Mark Zuckerberg y sus colegas de Silicon Valley han tomado decisiones drásticas: sus hijos no usan pantallas. ¿Por qué? Porque conocen los peligros. Aunque sorprendente, sus decisiones reflejan una preocupación real sobre los efectos negativos de las pantallas en el desarrollo infantil.

 

Estudios que respaldan la nocividad de las pantallas

Numerosos estudios lo confirman: las pantallas son perjudiciales. La exposición prolongada se asocia con problemas de sueño, déficit de atención y dificultades en el desarrollo social y emocional. La revista Pediatrics encontró que niños con más de dos horas diarias frente a una pantalla tienen más riesgo de problemas de conducta y emocionales.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños menores de 18 meses no usen pantallas, y que los de 2 a 5 años no pasen más de una hora al día frente a dispositivos.

 

La tentación de las pantallas: una solución fácil pero peligrosa

Todos hemos recurrido a las pantallas para calmar a nuestros hijos o para tener un momento de paz. Sin embargo, debemos ser conscientes de las implicaciones a largo plazo. Un niño en un carrito con una pantalla es tan dañino como una mujer embarazada fumando: ambas situaciones tienen consecuencias severas y duraderas.

 

Un llamado a la acción para los padres

Es vital que los padres tomen decisiones informadas sobre el uso de pantallas en sus hogares. No se trata de eliminarlas por completo, sino de establecer límites claros. Fomentar actividades sin pantallas como juegos al aire libre, lectura y tiempo en familia es esencial.

Sigamos el ejemplo de líderes tecnológicos como Mark Zuckerberg y prestemos atención a las advertencias científicas. Protejamos a nuestros hijos de los daños asociados con el uso excesivo de pantallas para asegurar su desarrollo saludable y equilibrado.